Psicología de la mudanza

Una mudanza no es la afición favorita de nadie, porque estás dejando atrás a los amigos, familia, trabajo, o sólo por las horas que le lleva hacer las maletas y embalajes. Un amudanza no es fácil, no solo por el trabajo que conlleva, sino porque a veces hay detrás muchos componentes psicológicos que afectan a las personas.
Imagine este escenario. Se está mudando a través de dos ciudades. Usted ha vivido en su pequeña ciudad durante años, donde tiene sus amigos y familiares. Tal vez sus hijos van al colegio, tiene allí sus médicos, tiendas de confianza, el taller de reparación de un amigo, el bar donde toma el café y charla a diario…
Alomejor se muda lejos y tiene que dejar todo eso atrás. No tiene nada que ver con la empresa de mudanzas, hacer los embalajes ni transportar muebles. Se trata de un trastorno personal, ya que toda mudanza suele implicar grandes cambios en los hábitos de una persona o familias enteras, y esto no es fácil de asimilar.
Pero ha llegado el momento de hacer la mudanza, ya que se cambia a un nuevo trabajo, a una casa más grande o más barata, se jubila a la casita de la playa, o simplemente se cambia de barrio a otra zona de la ciudad. Piense con antelación en todos los aspectos externos que de manera psicológica están inmersos dentro de la mudanza para saber sobrellevar mejor un cambio tan importante en su vida.